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El origen de las tradiciones navideñas

¿Sabéis el origen de nuestras tradiciones navideñas? ¿Nunca te has preguntado el porque de estas tradiciones y de donde vienen?

En este articulo te contamos el origen de algunas de ellas, muchas sorprendentes y que seguro no te dejaran indiferente... ¿Preparados? ¡Empecemos!


El caganer


El caganer es una popular figura del belén navideño indispensable en los nacimientos de Catalunya y que en los últimos tiempos se ha generalizado a otras partes de España, Europa y Latinoamérica. Se trata de un pastor al que se representa agachado, con los calzones bajados, las nalgas al aire y defecando.


El origen de esta figura se remonta al siglo XVIII, inspirado en la figura de mármol del siglo XVII llamado "La Virgen y la montaña de Montserrat" en el que se representa a la Madre de Dios con el Niño y el macizo de Montserrat con sus caminos transitados por diversos personajes, entre los que se encuentra (escondido tras un árbol) el caganer (o cagón) en plena faena.


Lejos de ser una figura ofensiva o grosera, el caganer esta devolviendo a la tierra lo que de ella procede, abonando la tierra del pesebre y haciéndola fecunda para el siguiente año. Por ello es considerado símbolo de salud y prosperidad y, en definitiva, de felicidad para la Navidad.


Los villancicos


En estas fechas ya empiezan a sonar por los altavoces instalados en cualquier centro comercial, tienda o céntricas calles. En mi pueblo incluso instalan unos altavoces en la plaza principal y resuenan durante todo el día. Los niños van pasando por las casas cantándolos en busca del aguinaldo e incluso nosotros mismos los cantamos junto a la familia o amigos tras cualquiera de los banquetes navideños (y con unas copas de más fluyen solos).


En su origen (Edad Media), estas alegres canciones nada tenían que ver con la Navidad, religión o el nacimiento de Jesús, sino que se trataba de alegres composiciones que se cantaban en el mundo rural y cuyo fin era ir explicando los acontecimientos que habían sucedido en las villas (amores y desamores, fallecimientos y/o todo aquello que era de interés en el pueblo). Podríamos decir que era como un noticiero rural en forma de canción.


Al ser cantado por los habitantes de las villas paso a conocerse estas composiciones como villancicos.


Al cabo del tiempo la Iglesia vio en estas sencillas y pegadizas canciones la forma perfecta de divulgar su mensaje evangelizador y adaptaron múltiples coplas con motivos religiosos y sobretodo, utilizando sencillas cantinelas relacionadas con el nacimiento de Jesús y la Navidad, canciones sencillas, pegadizas y fáciles de memorizar.


El Tió de Nadal (o la Rabassa de navidad, La Rabassa, La soca...)


Se solía celebrar después de la cena de Navidad, pasando la velada cerca de la "llar de foc" esperando la hora de ir a la Misa del Gallo.


Según el ritual tradicional "la Rabassa" tenia que ser un tronco de olivera provista de algún agujero natural para poderlo rellenar. Después de haber limpiado y ordenado bien la cocina, sobre las 11 de la noche, la abuela anunciaba a los presentes la bajada del tió, del cielo. Al oírse este anuncio los miembros de la casa se acercaban corriendo hacia el patio de la casa o bien al huerto, entonces un familiar tiraba el tió desde una ventana o desde un tejado bajo. Lo cogían entre todos y lo llevaban al interior de la casa donde empezaban a descubrir las sorpresas que llevaba en su interior.


A medida que fueron pasando los años esta tradición fue evolucionando hasta transformarse en lo que conocemos actualmente: Un tronco, muchas veces decorado con una cara, patas, manta i "barretina"


Son muchas las personas que creen que esta tradición es únicamente practicada en Catalunya, nada mas equivocado, ya que esta tradición se practica en muchas comarcas pirenaicas de nuestra cordillera, al igual que en otros lugares de España y de buena parte de Europa. En la Gran Bretaña el tió es muy popular al igual que en Navarra i en la Provenza.


Las "Neules"


El uso de las "Neules" (barquillos redondos) es muy antiguo, en la Edad Media son diversos los nombres o los sinónimos con los que, tanto en latín como en románico, nombraban este dulce, pero el más común era "nébula", que es neula en catalán.


Nébula porque es una niebla muy fina y nada espesa, como estos característicos dulces, hechos con una pasta muy fina y ligera.


Como curiosidad, en la comida de navidad en el palacio de Jaime I, en el 1267, fueron servidas como postre donde las acompañaban de un vino dulce y caliente.


Las luces de Navidad


Si hay algo que nos avisa que ya tenemos encima las navidades, es sin lugar a dudas las alegres luces de colores que adornan nuestras calles desde varias semanas antes. Las fachadas, balcones, pesebres y arboles de multitud de hogares se adornan con pequeñas bombillas de colores.


Pero esta típica tradición, como todas, tiene su origen y este se remonta a hace más de cien años, concretamente a 1882...


La casa neoyorquina de Edward Johnson (socio de Thomas Edison) fue el lugar en el que se encendieron por primera vez las "luces de navidad".


Tres años después de haber conseguido Thomas Edison la patente de la "lámpara incandescente", Johnson le encontró una nueva utilidad al invento y se le ocurrió iluminar su árbol de navidad. Fue el 25 de Diciembre de 1882.


Una buena manera de promocionar su producto ¿No os parece?


Otra curiosidad acerca de las luces de navidad. En el 1900, ocho años después de que General Electric comprara los derechos de la patente para las bombillas de Edison, apareció el primer anuncio conocido de luces para el árbol de navidad en la revista Scientific American. Y no eran precisamente baratas, eran tan caras que el anuncio sugería alquilarlas.




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